Hoy por la mañana la luna estaba particularmente bella y si bien la fotografía no logra captar la belleza ni la magnitud de ella, sirve para comenzar a escribir estas líneas.
Nuestro inconsciente colectivo nos lleva, muchas veces, a creer que la única forma de ser felices está en las cosas que son “socialmente aceptadas”. Si te casas, debes tener hijos. Si emprendes, debes ser millonario. Si estudias, debes tener al menos un postgrado. Si eres el quien “sostiene un hogar” económicamente hablando, tu éxito radica en tener un saldo de muchos dígitos y muchas tarjetas Black o superior.
La sociedad hoy por hoy enfrenta un síndrome de inmediatez que ha logrado hacer que muchos se frustren y a la larga, aumenten las depresiones y la codicia de todos.
Un grado académico no define quien tú eres. Un saldo bancario no define quien tú eres.
La vida es una sola, muy breve y con una sola certeza… Todos abrazaremos a nuestra hermana muerte, algunos antes y otros después, pero ese abrazo eterno es lo único cierto que tenemos.
No caigamos en esta vorágine de tenerlo todo, ahora… Olvidando lo escencial, lo realmente importante…
La Famila, lo único realmente valioso y que merece nuestro trabajo y tiempo.
Cuántas personas trabajan “frustradas” porque no hacen lo que realmente les gusta?
Cuántas personas no desearían trabajar en algo diferente a lo que hacen a diario?
Muchas veces nuestra felicidad está en aquello que siempre negamos y que íntimamente deseábamos… “No quise estudiar tal o cual cosa porque tal persona ya lo hizo” o frases como “Estudie esto porque mis padres me obligaron” o peor aún, “Estudie esto porque se gana mucha plata”.
Si lo pensamos un segundo… de qué te sirve dejar feliz a tus padres con una carrera que ejerceras de por vida, haciéndote infeliz?
De qué te sirve ganar mucho dinero, si a la vuelta de la esquina la depresión, el cáncer y tantas otras enfermedades “modernas” te acechan día a día?
De qué te sirve ir a trabajar en algo que no te gusta, si al menos en tus ratos libres no haces algo que realmente te motive?
No amigos, definitivamente el dinero ni los títulos académicos te harán una persona feliz… Como si lo hará encontrar la felicidad en tu interior y desde allí compartirla en familia.
Sat Nam!