Digamos que, por ejemplo, tienes que analizar una gran cantidad de datos. Y donde los demás ven números inconexos, tú ves relaciones que se repiten siguiendo un patrón.
Tienes un talento excepcional que puede ser útil en empleos tan distintos como una agencia de espionaje, una empresa de software o un laboratorio científico.
En el mundo del arte – y en general en los círculos creativos- hay muchas personas neurodiversas que aportan al trabajo con su peculiar manera de procesar información.
David Joseph, director ejecutivo de Universal Music UK, una de las mayores empresas discográficas del Reino Unido, ha incorporado en su empresa talentos muy diversos, incluyendo, especialmente, a las personas con ND.
«Un momento decisivo fue cuando recibí un mensaje de texto de un artista», le dice a la BBC.
Ahí se dio cuenta que las palabras estaban escritas en el orden equivocado, y aunque se conocían desde hace muchos años, Joseph no conocía esa característica.
«Nuestros artistas, no todos ellos, pero algunos de ellos, piensan diferente«, apunta.
En el ambiente laboral, explica, «hay un sesgo inconsciente hacia la contratación de personas con las que crees que te llevarás bien y que comparten tus puntos de vista».
Después de llevar a cabo una extensa investigación, Joseph y su equipo de recursos humanos publicaron una guía sobre cómo hacer que el lugar de trabajo sea más amigable con los NeuroDiversos.
Y más de 100 compañías han expresado interés en la publicación.
¿Qué es la NeuroDiversidad?
La NeuroDiverdidad, se abrevia ND, es un término general para referirse a los individuos que viven con autismo principalmente, pero también abarca dislexia, dispraxia, déficit atencional con hiperactividad (TDAH), u otras condiciones que les llevan a navegar procesos cognitivos y emocionales de manera distinta a la norma. El término fue acuñado en los 90, cuando activistas por los derechos de las personas con autismo como Jim Sinclair, Kathy Lissner Grant y Donna Williams fundaron la Red Internacional del Autismo, bajo el principio de que esta condición no es una enfermedad, sino un estilo de procesamiento cognitivo. Dimensionar el autismo y otras diferencias de proceso mental en las personas es el primer paso para ofrecer una experiencia educativa realmente inclusiva para todos de acuerdo a su manera de aprender y percibir el mundo.
No son capacidades diferentes, son procesos diversos
Uno de los estigmas más persistentes con respecto a cómo consideramos las ND es considerarlas enfermedades o discapacidades, que restan el potencial de los alumnos para adaptarse al estándar y desarrollar las habilidades que todos los demás trabajan bajo la norma impuesta.
La psicóloga clínica y maestra Elisa Luz Soto Ceballos, presentó para el periódico mexicano La Tribuna, una perspectiva fundamental para acercarse a las ND en una forma efectiva. «No está mal ni es deficiente, sino que es una variedad del cerebro humano que tiene otras fortalezas y otros desafíos”. Este punto de vista si bien ofrece nuevos caminos para generar una experiencia educativa de calidad para las personas ND, no es compartida por la comunidad científica completa, ni por las familias o personas afectadas por estas condiciones.
En un texto para el Washington Post, la periodista y editora Alisa Opar, habla sobre la diversidad de voces dentro de un movimiento para la visibilización de las ND, específicamente sobre el autismo. Opar sostiene que existe una comunidad con opiniones diferentes sobre la base de cómo definir las ND. Un lado serían los padres con los espectros más severos de las condiciones mentales, quienes realizan el acompañamiento y apoyo de niños con discapacidad intelectual, habilidades de lenguaje limitadas y que pueden ser un peligro para sí mismos cuando no se establece un sistema de cuidados y educación eficientes. Para ellos, problemas como el autismo de espectro más profundo son condiciones médicas, que normalmente necesitan tratamiento intenso y constante.
El otro grupo son personas con ND funcionales, es decir, que pueden presentar condiciones que sean un obstáculo para la adaptación social o algunos aspectos del aprendizaje, pero estos retos no comprometen los aspectos básicos de su capacidad capacidad cognitiva, integridad física o dignidad humana.
Si bien las ND pueden catalogarse en cualquier caso como el conjunto de procesos mentales y cognitivos diferentes, el dilema entre estas dos facciones sería definir si lo anterior representa solamente una divergencia o un desorden mental. Para esto habría que conocer los niveles de funcionalidad de las divergencias. Un individuo de alta funcionalidad puede hacer uso de recursos destinados al desarrollo de sus procesos cognitivos específicos y su integración social, bajo este contexto sería correcto referirse a las ND como elementos fuera de la norma más no la capacidad de imposibilitar a los pacientes de no tratarse. La clave para descifrar en qué espectro está un estudiante y cómo se puede trabajar su caso, es un diagnóstico oportuno.