El proceso de iniciación
Ese proceso de iniciación se hace necesario, pues, en su origen, el hombre mantenía sus canales de energía intactos, generando felicidad y armonía; con el proceso de olvido de nuestro origen, ante la individualización extrema y la evolución de los sentimientos de egoísmo y orgullo, estrechamos estos canales de comunicación, dejamos de usarlos y terminamos no recibiendo toda la energía necesaria para nuestro bien vivir. Llegamos a retener solamente la energía indispensable al sustento de nuestro proceso bioquímico para la supervivencia.
La iniciación es una ceremonia única, y el contacto se restablece a través del maestro que lo habilita como canal de energía. Un verdadero maestro de Reiki recibe una serie de transmisiones de energía y se encuentra apto para activar, aplicar y enseñar a los demás. El maestro de Reiki no ejerce poder sobre sus estudiantes; es, simplemente, alguien que escogió aceptar la gran responsabilidad de transmitir a los interesados el conocimiento que adquirió en su destino.
En el proceso de iniciación, todos los canales de fuerza del cuerpo, responsables de la captación y distribución de nuestra energía, son reactivados para funcionar dentro de los moldes originales, proporcionando el poder de curar y armonizar, no solamente a nosotros mismos, sino también a todos los que tocamos.
Una vez realizada la iniciación, ese canal de energía permanecerá abierto toda la vida, evitando que haya participación y desgaste de energías personales en los tratamientos. Con la iniciación, las manos irradian vibraciones que fluyen a partir de la cabeza, cuando entran en contacto con zonas en desarmonía. Las manos están aptas para curar enfermedades agudas y crónicas.
La iniciación es una activación de los centros energéticos superiores (chakras), haciendo que nuestra vibración y frecuencia aumenten y se transformen, pasando a niveles más elevados. Ese proceso incluye el nivel de la conciencia, y produce indefectiblemente, una gran transformación que impulsa a nuestro centro a subir desde el plexo solar hacia el chakra del corazón.
La sintonización del Nivel I se centra, principalmente, en la apertura del cuerpo físico para que sea receptivo a la gran cantidad de energía vital que va a recibir. Las cuatro sintonizaciones que realiza el maestro en el Nivel I elevan la frecuencia vibratoria de los cuatro centros de la parte superior del cuerpo humano, que son también conocidos como chakras.